Nunca me he visto el Tarot, ¿Con qué me encontraré cuando me lean las cartas?

Repetidamente me he topado con esta pregunta al inicio de una sesión, y creo que esto se debe a que el conocimiento que existe sobre el tarot es, al menos en una primera aproximación, reducido y superficial.

Hay quienes consideran que es una triquiñuela para hacer caer a los desprevenidos. Existen otros, que lo ven como un método de adivinación. Sólo los menos, como una certera y eficaz herramienta para organizar aspectos de su vida.

El tarot está a nuestra disposición como un instrumento que otorga respuestas a preguntas cruciales que afligen al ser humano y que la persona puede utilizar para guiarse en su proceso de introspección y cambio.

Conocer el significado y los simbolismos de las cartas del tarot, nos conduce inevitablemente hacia las profundidades nuestro propio yo. Dicho proceso, nos hace transitar un camino de aprendizaje que nos acerca más al interior de nosotros mismos con todas nuestras luces y oscuridades.

Cuando nos vamos adentrando en la verdad íntima de cada consultante, y escarbamos en aquellos lugares que empiezan a aparecer con claridad mediante la guía que nos brinda el tarot, es cuando comienzan a aparecer las reales respuestas. Y es que la mayoría del tiempo, cuando se elaboran concienzudamente las preguntas, las personas ya han obtenido buena parte de las soluciones.

Con este diagnóstico de la situación en mano, y la orientación de los pasos a seguir que nos indican las cartas del tarot en conjunto con nuestra intuición, debemos decidir si damos un salto de fe y actuamos, o si nos sentamos a esperar que las cosas sucedan y después se lo achacamos al destino.

Debemos recordar que toda responsabilidad de nuestra situación actual recae sobre nosotros mismos, puesto que son las consecuencias de nuestras actuaciones y decisiones previas, pero lo que decidamos hacer para mejorar nuestra condición futura está en nuestras manos, en el aquí y el ahora. Sólo debemos decidir si estamos dispuestos a vivir el proceso a conciencia y orientarnos en actos que nos conduzcan a la creación de una posición más favorable para nosotros mismos, o si optamos por la total aceptación y resignación.